martes, 29 de mayo de 2007

Porque el Social Cristianismo no es de derecha


Durante mucho tiempo se le ha colocado el rotulo de derecha o centro derecha a la opción política que representa a la democracia cristiana en el país. Este no es más que un garrafal error, cometido adrede y sin arrepentimientos, por muchos políticos que quieren privar al país de una propuesta social cristiana. Para la mala suerte de estos, la propuesta sigue viva y es tan o mas antigua que los otros pensamientos políticos ligados a la historia del Perú.

Es claro que no puedo plantear la defensa del social cristianismo en un pequeño artículo, pero internare lanzar algunas ideas en nuestra defensa. Para empezar me gustaría utilizar lo dicho por Rafael Caldera, ex-presidente venezolano, en el Congreso Internacional Demócrata Cristiano: “El social cristianismo no es un nombre; es un credo, una fe, una actitud ante la vida, es un jugarse todo por la sinceridad de la palabra. El privilegio insigne de llamarse cristiano obliga a tratar de buscar lo que hay de verdad en el fondo de esa palabra, y a procurar ser absolutamente leal con Aquel que vino a morir, no por los privilegios sino por los humildes de la tierra, por los desamparados.” Creo que las últimas palabras del ex-presidente en dicha cita, describen todo menos a un derechista. Porque los social cristianos, no son como afirman algunos una derecha popular, ni una centro derecha, lo social cristianos por el contrario representan un propuesta de centro, una alternativa, aun vigente, frente la barbarie liberal y a la utopía socialista.

Los social cristianos, tenemos muy en claro, que la propiedad es fundamental para el desarrollo de los pueblos, pero la solidaridad, el uso responsable de la propiedad y en pos del bien común de la humanidad, es un aspecto de esta que no puede ser ignorado. Ya que la tierra pertenece a toda la humanidad, todos tenemos derecho a disfrutar de los bienes producidos por esta y nadie tiene la prerrogativa de privar a unos de ese derecho. Los seres humanos necesitan la propiedad privada para desarrollarse, pero esta no puede actuar en desmedro y privando a otros de la misma. Por ello, en los 60 los grupos demócrata cristianos del mundo propusieron a las instituciones reaccionarias del momento una reforma agraria democrática, para ampliar este derecho y hacerlo realidad para todos.

También fueron los demócrata cristianos los que frente a un capitalismo depravado e inmoral, que sometía al hombre y le retiraba su dignidad, exigieron derechos para los trabajadores como jornada razonable de trabajo para que puedan trabajar para vivir y no vivir para trabajar, un día de descanso a la semana para dedicarlo a la familia otro eslabón fundamental de la sociedad, porque los hijos tienen que educarse y formarse con sus padres. Pero como bien lo establece Leon XIII en su encíclica papal Rerum Novarum, el Estado no debía penetrar en la relación trabajador-empresario, privándole a estos la libertad de poner sus condiciones, es por eso que el Pontífice en su momento resalta la función de los sindicatos para sopesar el poder del empresario. A esto se suma la exigencia moral de trabajar juntos como hermanos, trabajadores y empresarios, concientes de que no pueden vivir el uno sin el otro. Ya que la empresa muere con la destrucción y sobre explotación del obrero y también muere con la destrucción de los cuerpos técnicos de dirección. Esa fue una verdad innegable en su tiempo y lo sigue siendo ahora, son estas las verdades que acompañan a los social cristianos.

Sergio Micco, decía en un discurso: “Hace dos mil años, un hijo de carpintero acusado de loco, proclamó que el Reino de Dios estaba ya en la tierra. “¿Cómo blasfemas así?”, le decían fariseos y saduceos enfurecidos hasta el odio a muerte. Pues bien, su respuesta era sencilla y simple como un grano de mostaza. El reino se vivía aquí y ahora…”[1] Y en efecto, ese es la aspiración social cristiana, que busca la justicia social y no se queda en la mera espera al paraíso. El dirigente democristiano tiene un deber para con sus conciudadanos y ese es vivir haciendo realidad esos designios, que el reino se viva aquí y ahora, donde los trabajadores tengan su jornal, donde los mas necesitados tengan acceso a la educación y puedan desarrollarse. El gran error, el gran pecado que cometimos, fue decir, que la propiedad era necesaria, que la realidad no puede ser vuelta a inventar, que hay cosas que no se pueden hacer en pos del desarrollo, siempre fuimos realistas, porque solo viendo la realidad uno puedo mejorar. Al que vino a morir se le acuso de loco y de blasfemo, a nosotros de derechistas, porque querer trabajar por los pobres y por el bien común, caminando sobre la cruda realidad. Tal vez es más fácil soñar el mundo y vivir en él, que soñarlo y volverlo realidad. Nuestro camino no es el fácil.

Finalmente, los social cristianos, tenemos una responsabilidad mayor con los que nos siguen, con los que nos ven en nuestras comunidades, porque como decía Frei, "….no está en los números de los puestos, no esta en el numero de las ambiciones, no está en el numero de las influencias, está en el alma que nos inspira, en el deseo de una recta intención, y un corazón puro para actuar, y un ejemplo permanente de limpieza moral en la vida privada de la cual se refleja la vida publica, ese es el argumento que al país convencerá más allá de las palabras y de los hechos…" Nosotros, vivimos lo que creemos, tenemos que ser verdad para poder defenderla, es por eso que Aquel hijo de Carpintero dijo una vez: “Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de Verdad y con Obras. En esto conoceremos que somos de la verdad”[2] No basta inflamarse en discursos, ni gastar la tinta de las plumas, es deber de cada social cristiano practicar la verdad, y con ese fin debemos cada uno con nuestros actos, desmentir aquellas imputaciones, aquellas falsedades, lanzadas por nuestros “enemigos”. Para concluir, el social cristianismo ha construido a través de su historia una propuesta de centro seria para la humanidad. Así podremos decir con cocimiento de causa, que tal vez no sepamos que es derecha o izquierda, pero sabemos ser de centro, es ser social cristiano.
[1] http://www.ced.cl/Bicentediscurso.htm (29/05/07)
[2] Jn 3, 18-19