viernes, 1 de junio de 2007

Un legado para reivindicar.


Hace unos meses Tony Blair anunció su salida como Primer Ministro (PM) de Gran Bretaña. Esta fue una decisión muy esperada, ya que luego del estrecho margen que le dio la victoria en las últimas elecciones parlamentarias, se veía que los ingleses habían retirado gran parte de la confianza que se le fue otorgada en esa masiva victoria de 1997 que lo puso por primera vez en No. 10. Era claro que luego de las muy impopulares políticas en el sector internacional, Tony Blair estaba experimentando un mella en su popularidad y un desgaste bastante grande en su imagen, razón por la cual, veíamos cada vez con mayor frecuencia la presencia de su sucesor Gordon Brown. Es también importante mencionar que luego de la victoria pírrica que le dio, un 3er periodo como PM, siguieron las derrotas municipales. Estas supusieron una consolidación de las fuerzas conservadoras bajo el liderazgo de David Cameron y una derrota histórica en Escocia donde el Laborismo de Blair perdió frente a las fuerzas regionales.

Sin embargo, si profundizamos y no nos quedamos con las imágenes de portada, ni con las modas políticas (anti-Bush, anti-Blair, anti-invasion Irak), podemos ver que Tony Blair a logrado grandes avances en política exterior y domestica, más que cualquier otro líder del primer mundo. En primer lugar, es injusto igualarlo a su homologo estadounidense George W. Bush, que hasta el momento esta llevando pésimas políticas publicas internas y externas, una zigzagueante política de apertura económica y una errática política militar. A diferencia, Tony Blair ha logrado en el plano más criticado, la política exterior, introducir valores y principios a la usual real politik de este medio. Tal vez para Estados Unidos, todo sea petróleo, pero cuando observamos la política británica, podemos ver cierta consecuencia entre lo dicho y lo hecho.

Tony Blair, nos ha enseñado, que los países al igual que los individuos, no pueden, ni deben cerrarse ante la injusticia, la pobreza, las epidemias, las guerras o el terrorismo. Como miembros de la comunidad terrena, cada acto, cada política interna o externa, repercute de manera directa o indirecta en los vecinos cercanos y lejanos. Con el auge de la globalización, los mercados emergentes, las economías abiertas y el crecimiento global, uno también debe considerar la expansión de los principios sobre los cuales se fundamentan las sociedades libres. Es muy fácil, postular a un cargo publico, pregonando el fin de la injusticia, el cambio, la democracia, la paz, la solidaridad, pero por qué querer que esto sea limitado por las fronteras?? Ese es el merito de Tony Blair, haber roto esquemas y dogmas internacionales, en pocas palabras haber roto las fronteras de la indiferencia de los Estados. Hace aproximadamente 10 años atrás, nosotros veíamos una desgarradora guerra en los Balcanes que significo la muerte de más de 200,000 personas, ante este hecho, los países del mundo decidieron en un comienzo respetar la soberanía del gobierno para tiranizar a su pueblo. Testigos del momento cuentan que los serbios afirmaban sin pelos en la lengua que desaparecerían a sus enemigos étnicos, frente a esto, como ningún interés económico estaba de por medio, los Estados del mundo callaban.

Es en estos casos y todos los demás, donde los Estados deben olvidar legalismos irrisorios y comenzar ha actuar con consecuencia: democracia, afuera y adentro, libertad, afuera y adentro. Cuando Tony Blair asumió el gobierno ingles, su país se vio involucrado en un gran numero de conflictos armados alrededor del mundo, pero también se vio involucrado en un sin numero de gestiones, para lograr ayuda en África, condonar deudas de países subdesarrollados y otros movimientos en pro de la humanidad. Muchos deciden ver Irak y detenerse a criticar, el cómo, el porqué, sin observar la política general del gobierno laborista. Hemos visto como Blair, dijo justicia en mi tierra, en tu tierra y en la tierra de todos. Es así como se intervino en Afganistán, en Irak o en Sierra Leone. Cómo hablar de justicia, cuando estás rodeado de tiranías que privan a sus pueblos de aquellos derechos elementales. Cómo alguien puede hablar de igualdad, cuando su país, amparado en el derecho internacional y la soberanía, comercia con gobiernos que someten a sus pueblos a la más pura miseria. Al hablar de consecuencia, entre lo dicho y lo hecho, ésta se debe aplicar en cada respiro y en cada documento o resolución firmada.

Ese para mi es el legado de Tony Blair, un primer ministro, que no se quedó en el belicismo realista, de los conservadores, sino que tuvo una política exterior solidaria y humanitaria. Buscó paz donde había guerra, buscó atenuar la injusticia donde la pobreza campeaba, busco unir a los países del mundo en causas justas. Como dijo el mismo Blair, nunca se ha visto en la historia a un pueblo, rechazar la democracia, solo hemos visto Gobiernos que utilizan medios cada vez más ingeniosos y dinero para apaciguar a sus ciudadanos y callar a la oposición. Con el gobierno laborista de los últimos 10 años hemos visto a Gran Bretaña convertirse en un miembro activo de la comunidad mundial, defendiendo sin problemas aquellas valores que fundamentan su sociedad, porque la libertad no es solo para el occidente, sino es para todos. Creo por estas razones que Tony Blair ha dejado una marca incomprendida en el ámbito internacional, como dijo alguien, la historia lo juzgará.

En cuanto al interior, de eso solo podemos hacer referencias superficiales, solo un inglés puede dar testimonio en éste caso. Lo que vemos desde afuera, es una economía abierta y libre, mayores hospitales y más policía en las calles. Políticamente, vemos que Escocia e Irlanda han ganado autonomía y que el partido opositor ha tenido que clonar a los laboristas para poder ampliar su electorado. Los antiguos tories, ahora son arbolitos verdes, que buscan tentar el premierato bajo el liderazgo de su joven líder David Cameron, veamos si las banderas laboristas se quedan donde están.

Finalmente, confío de que Gordon Brown, sucesor de Tony Blair, hará que lo bueno siga, sin embargo se extrañará ver a aquel joven político idealista, que marcó una etapa de la política internacional, dándole un rostro más veraz y consecuente en las relaciones internacionales. Esperamos que la indiferencia, no siga siendo la norma entre las naciones del mundo, en especial ahora que el tema del calentamiento global se vuelve cada vez más urgente y la unión para remediarlo fundamental. (Farewell and Thank You Mr. Blair)

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