sábado, 1 de diciembre de 2007

Una memoria viva...

Hace uno días en la PUCP se movió entre los estudiantes y algunos profesores un pronunciamiento, una protesta airada por la resiente construcción de un Cafetal cerca de la plaza del recuerdo por la Unidad Académica de Estudios Generales Ciencias. Causa sorpresa que entre los firmantes de dicho comunicado, este el nombre de Henry Pease Garcia o Salomón Lerner. Ambos profesores distinguidos de la universidad que se suman al espectáculo o la frivolidad. Creo que escenas como esta, nos muestran como la formalidad se convierte al final del día en lo sustancial. El hecho que la Plaza de la Memoria sea movida, me pregunto, afectara el recuerdo de las víctimas, borrara de nuestra memoria las escenas de crueldad que se dieron en los años del terror. Creo que la respuesta es obvia para todos.

Hoy las victimas del terrorismo y sus parientes yacen en el olvido por un poder judicial ineficiente y un Estado indolente. Mientras tanto los que se supone son los grandes abanderados de la causa por los derechos humanos se unen a un circo, discutiendo la posición de una Plaza que busca honrar la memoria de los caídos. Ignorando que si el monumento esta un poco mas a la derecha o a la izquierda, no afectara en nada, ni de manera positiva, ni negativa a la constitución y defensa de los derechos humanos.

Son situaciones como la antes descrita, las que desacreditan la causa de los derechos humanos, son este tipo de temas los que ahuyentan a los jóvenes. La muestra es clara, si las autoridades mas capacitadas de nuestro país, son capaces de indignarse por algo tan circunstancial, algo tan accesorio, mientras las injusticias reales se repiten día tras días fuera de las paredes de la universidad, entonces no quedara mucho de la causa que buscan defender, una vez mas se le da la espalda a la realidad. ¿Es realmente importante gritar a voz en cuello indignado por la reubicación de un monumento, cuando la población universitaria ignora la existencia de éste o si la conocen no le dan importancia?

Así como algunos piden o exigen del estudiantado una toma de conciencia, creo que esta conciencia debe ser sincera, no ciega, no debe ser truncada por el protocolo, por las formas, por el detalle. Los derechos humanos son algo sustancial, son la gravedad que debemos cargar, son la responsabilidad que debemos reconocer en nosotros mismos. Si la reivindicación de las víctimas, si la justicia para los deudos, sigue caminando lentamente, la presencia de monumentos, de fuegos artificiales, de recitales de poesía o de cantos a la memoria, habrán sido inútiles. El cemento inerme del cual esta hecho el monumento a la memoria, no debe limitar el recuerdo, sino debe mantenerlo vivo y esto no pasa por un debate sobre su ubicación, sino por concienciar, por tomar un rol activo. Finalmente, como le decía a un amigo sobre el tema, si somos prácticos, la presencia de un cafetal al costado de la plaza o cerca de la plaza, atraerá a más personas a la zona, mantendrá la vida estudiantil activa en el lugar y si es que como consecuencia un alumno se acerca, por una ligera curiosidad, a observar dicho monumento, este habrá cumplido su objetivo, mantener viva la memoria.

2 comentarios:

Brandon M. dijo...

Saludos, desde Arequipa

Anónimo dijo...

calla, webon