viernes, 19 de enero de 2007

Marcha de la muerte



El Estado peruano a través de su constitución política se consagra como defensor de la vida, sin embargo últimamente vemos como el ciudadano presidente motiva y promueve la pena de muerte al punto de incitar a un grupo de peruanos a marchar en nombre de la justicia y a favor de la pena de muerte.

Creo que nunca desde los regimenes totalitarios y fascistas había visto yo a un grupo de gente marchar a favor de la muerte. Ahí se muestra como nuestra sociedad va perdiendo sus valores fundamentales, dejándose llevar por el dolor y la ira, buscando una seudo justicia que no tendrá ningún efecto sobre la criminalidad, ni sobre sus penas. El alivio no viene de la muerte, sino del tratamiento a las victimas. Creo que la discusión pierde perspectiva cuando se discuten temas controversiales. En el caso de las violaciones por poner un ejemplo actual, se discute el castigo al criminal como si fuese la gran solución, pero se olvidan de los niños victimas de las violaciones, se olvidan de esas familias traumatizadas, que al vivir en una situación de pobreza no pueden pagar un tratamiento para salir del trauma.

Regresando al tema de la muerte, creo que es tétrico, ver una multitud exigiendo que se aplique la pena capital. Dicho evento me recordó a Pilatos con Jesús, que fue crucificado por una multitud que pedía a gritos muerte. Exponer este tipo de sentimientos colectivos en la prensa, es de por si morboso, pero que el Jefe de Estado lo avale y lo promueva es un acto execrable, por no decir más. Lamento haber tenido que llenar este articulo de apreciaciones personales y juicios de valor, pero creo que es importante mostrar mi indignación. A los señores que apoyan la pena de muerte y al Sr. García les digo: Delenda est Cartago!!!

Hasta la proxima.

1 comentario:

Laura Arroyo Gárate dijo...

El presidente García tiene una nueva estrategia, pero esta vez utiliza los sentimientos profundos y dolorosos de los ciudadanos. Ese mitin "espontaneo" en el patio del palacio de gobierno solo nos indica que no debimos creer ingenuamente que la obsesión presidencial respecto a la pena de muerte había concluido. Lo vergonzoso es el seguimiento ciego que hacen algunos compañeros. Como decía uno de ellos en la edición de la revista Domingo el día de hoy "ÉL (García) nos ha llevado al gobierno dos veces(...)es lógico que lo acompañemos". ¿Es lógico realmente? El día que decrete que hay que mandar a referéndum la pena de muerte para los ministros que no le hacen el amén y lo cuestionan (osea ninguno del actual gabinete) también deben acompañarlo. Una cosa es la diciplina partidaria basada en el respeto, la tolerancia y los acuerdos en consenso...otra cosa es la SIN RAZÓN.