
Hemos tenido monarcas absolutos como Fujimori, que se sentía todo poderoso y utilizaba al aparato gubernamental como sus adornos. El congreso era un bello adorno, donde la acústica es muy buena, los ministros eran muñecos con los cuales jugar de vez en cuando. Las grandes obras y los conflictos militares, era la forma en que nuestro antiguo monarca se divertía, inaugurando colegios y paseándose con la plebe para que lo mire y admire. Podemos decir que hasta tuvo su Rasputin.
También tuvimos a Toledo y Eliane, la pareja real, que disfrutaba de todo tipo de frivolidades, que sin duda están al nivel del resto de monarquías. Ellos copaban el Estado con miembros de su distinguida familia, ser un Toledo era casi como ser un noble, si mas no recuerdo el Archiduque de Cabana, Luis Toledo expandía sus tierras nobles con la anuencia de su hermano el gran monarca. Sir Pedro Toledo, recomendaba y promocionaba a aquellos que demostraran su lealtad a la corona. Sin duda los desfiles a caballo, las reuniones con presidentes y el beso a la reina de Inglaterra, demostraban que Toledo ya era parte de las grandes familias reales del mundo. No faltaban los bastarlos, los sobrinos y la amante para cumplir con todos los vicios de una corona cualquiera.
Finalmente tenemos a García, este si es un monarca de altura, con una familia extensiva, digna de cualquier cuadro. Una esposa respetable, rodeada de príncipes y princesas. Una amante por ahí, siempre es bueno para resaltar la masculinidad del soberano. Marchas por aquí, marchas por allá. Ministros

Lo común entre los tres, es que son símbolos o figuras protocolares. Al parecer en el Perú el presidente es un titulo que la nación otorga y que solo involucra deberes protocolares. Grandes anuncios, grandes discursos, grandes manifestaciones, mucha grandeza como debe ser en la monarquía peruana, pero nada de reformas, nada de proyectos. Los gobiernos se quedaron en las formas, pero el contenido es el mismo. Por eso le exijo al congreso que reforme la constitución y que nos declare una monarquía hecha y derecha. Porque para seguir los protocolos, ir a fiestas y hablar en publico, qué mejor que un Rey. Por eso digo: Hay que pedirle la corona a San Martín.
2 comentarios:
jejejejejejejejeje
estimado, asumo entonces que usted esta deacuerdo en que tengamos una republica parlamentarista o al menos un modelo mixto, desechando nuestro actual presidencialismo que nada nos ha sumado, como has demostrado en este genial articulo.
ciao
Buena ironía mi estimado Juan Lucho. ¡Una monarquía! eso es lo que parecen estos tres últimos gobiernos. Pero por más chistecito, comentario irónico y sarcástico de tu artículo,detrás de la sonrisa que me arrebató cada una de tus oraciones se ocultaba también la lágrima de verguenza que acepta que aunque se quiera vestir de broma, la realidad es así de triste.
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